Saltar al contenido

Cómo utilizar los colores claros en el diseño de interiores

Colores claros en las habitaciones

Colores claros en las habitaciones

Los colores claros son una opción popular para el mobiliario del hogar porque reflejan la luz y hacen que las habitaciones sean más luminosas y espaciosas.

Por tanto, son una opción estratégica, especialmente en los espacios estrechos de los nuevos edificios residenciales.

Mucha gente cree que es fácil crear un ambiente bonito, acogedor y elegante eligiendo colores claros. Sin embargo, no hay que olvidar el riesgo de un resultado plano y frío.

Por ello, a continuación se ofrece una guía práctica sobre cómo hacer la elección correcta para su uso en diferentes habitaciones y diferentes estilos y contextos.

REVISA EL ANÁLISIS: ¿Por qué comprar un calentador de agua Teka?

Colores claros en el diseño de interiores: cuándo elegirlos

Son luminosos y, por lo tanto, son ideales para hacer que los espacios parezcan más grandes y aireados. Por lo tanto, son perfectas para decorar habitaciones pequeñas, pero también áticos, desvanes y entreplantas. También son la opción ideal para las habitaciones que no reciben mucha luz natural.

Ventajas

Los tonos claros son muy populares en el diseño de interiores moderno y contemporáneo, sobre todo en los espacios muy estrechos de las zonas residenciales.

Por otro lado, los tonos claros tienen la capacidad de reflejar la luz, haciendo que los espacios se sientan más amplios y aireados.

Materiales

Los materiales más adecuados para combinar con colores claros son las maderas naturales y el vidrio. Este último, gracias a su transparencia, tiene la capacidad de amplificar las habitaciones y hacerlas más aireadas.

Los espejos también son aliados perfectos para ampliar el ambiente, ya que reflejan la luz y dan el toque justo de modernidad.

Colores claros en la zona de estar

Introducir muebles blancos o de colores claros en la zona de estar permite iluminar el ambiente con una estética viva y brillante.

En muebles clásicos

Para una casa de estilo clásico, además del blanco, puedes centrarte en colores neutros como el beige, el gris claro y el gris paloma. Para las que quieren ser atrevidas, los tonos pastel como el rosa empolvado, el azul cielo, el melocotón y el verde salvia también son perfectos.

Las paredes blancas o de colores muy claros permiten realzar un mueble clásico y, al mismo tiempo, crear un efecto general agradable y luminoso.

NO DEJES DE LEER: Características y ventajas de los calentadores acumuladores

En la cocina

El blanco total es ideal para una cocina contemporánea de líneas esenciales y minimalistas.

Sin pasarse con esta elección extrema, los tonos delicados en la cocina crean un ambiente amplio y limpio.

Al fin y al cabo, el blanco es el color que simboliza la higiene y la limpieza, dos parámetros fundamentales en esta habitación.

El gris hielo con blanco es ideal para crear un estilo elegante. El acero, por ejemplo para el lavabo, la campana extractora y la placa de cocción, también es excelente, ya que aporta luminosidad. En un contexto totalmente blanco, los detalles dorados sirven para embellecer el entorno y crear ingeniosos puntos de luz.

El blanco, junto con la madera clara, confiere de inmediato a la habitación un efecto más rústico, pero también elegante.

Con tonos pastel, el azul claro, como el papel de azúcar, es muy original para la cocina. Si se equilibra correctamente con el blanco, crea un ambiente juvenil y divertido, ideal para acoger muebles de líneas vintage.

El verde salvia suave también es excelente, obviamente combinado con una tapa blanca brillante.

Para crear un ambiente retro, un rosa empolvado muy claro podría ser ideal en la cocina, combinado con el blanco y el gris claro de otros elementos del mobiliario. La combinación equilibrada de estos colores es simplemente perfecta.

Un estilo moderno

En general, las paredes de color claro son una buena opción para un interior moderno. El mobiliario, que suele ser sencillo, cuadrado y lineal, también es de tonos claros.

En este caso, para evitar el efecto de blanco total glacial, puedes jugar con una inteligente combinación de blanco y gris claro. Para las paredes, es mejor preferir un tono ligeramente más claro para no crear un contraste excesivo.

 

En el dormitorio

El dormitorio es la habitación donde se descansa. Por ello, los colores claros son la elección perfecta para esta habitación, ya que crean un ambiente sereno.

Además, al ser neutros, se prestan a múltiples combinaciones con varios tonos para personalizar al máximo paredes y muebles. Para que tu dormitorio sea original, sin dejar de lado los colores claros, puedes alternar el blanco con los tonos pastel.

Para un estilo romántico, las paredes de color crema son las más adecuadas para la personalización. Puede combinarse con otros tonos pastel como el rosa palo, el azul cielo, el amarillo pálido y el verde salvia claro.

Otro color claro ideal para el dormitorio es, sin duda, el beige, quizá acompañado por el crema, el crema y el crudo. Una combinación de tonos envolventes que dan a la habitación un aspecto elegante y un ambiente acogedor.

El gris claro también puede ser ideal para caracterizar la zona del dormitorio. Combinado con el blanco más neutro y con la madera, cruda o pulida, el gris dará vida a ambientes evocadores de gusto escandinavo.

Dormitorio de los niños

Los colores claros también son muy recomendables para las habitaciones infantiles, ya que transmiten una sensación de relajación y tranquilidad.

Además del clásico blanco, todos los tonos pastel son adecuados. En este caso, resulta especialmente útil combinar colores neutros con elementos naturales, como la madera.

Colores claros en habitaciones pequeñas

Todos sabemos que los colores claros hacen que los espacios parezcan más grandes y luminosos. Por ello, son la opción ideal para aprovechar al máximo el espacio en un salón pequeño.

Para que un espacio pequeño resulte visualmente más amplio y aireado, entre los colores claros que se deben utilizar, hay que considerar el blanco o el gris claro, no sólo para las paredes, sino también para el sofá y otros elementos.

En muebles y paredes

Los colores claros crean un ambiente agradable, moderno y luminoso. Sin embargo, para que no resulten fríos o un poco banales, deben combinarse con una cierta dosis de conocimiento.

Por ejemplo, en un salón en el que predominan los tonos blancos, podemos elegir otro color claro para una sola pared, que quizá se ocupe con otros muebles como alfombras y cojines de colores.

De esta manera obtendremos un efecto muy refinado pero siempre muy lineal, brillante y de gran alcance. Hablando de colores claros, además del blanco y sus variantes (como el crema y el flan…) también es posible optar por el beige, el gris claro y todos los tonos pastel.

Por otro lado, si quieres utilizar el mismo color para las paredes y el mobiliario, sería buena idea utilizar diferentes tonos del mismo color para evitar crear un efecto demasiado «plano».

En el estilo shabby chic

Una característica típica del estilo shabby chic es el predominio de los colores pastel. El rosa, el azul cielo, el verde, el amarillo pálido, el verde azulado… son colores que pueden combinarse fácilmente con otros colores claros como el blanco y el beige.

Como ya se ha dicho, los colores claros no sólo alegran la habitación, sino que también sugieren un ambiente agradable, limpio y relajante.

Las habitaciones amuebladas en estilo shabby chic serán, por tanto, románticas y un poco vintage, además de amplias y luminosas.

En el estilo escandinavo

El predominio de los colores claros en el estilo escandinavo obedece a la necesidad práctica de contrarrestar la oscuridad invernal que caracteriza a los países del norte durante varios meses del año y durante muchas horas al día.

Para conseguir que un lugar sea sereno y luminoso, se eligen tonos que creen un ambiente tranquilo, relajante y, por supuesto, luminoso.

Para una casa de estilo escandinavo, el blanco es sin duda imprescindible. Es un color estándar muy clásico que se adapta a todas las habitaciones. Puedes optar por un look totalmente blanco o jugar con combinaciones con otros colores y/o diferentes materiales de mobiliario.